X-Men nº15

Título: Perdidos en el Espacio(III)
Autor: Nerocles
Portada: Israel Huertas
Publicado en: Dic 2010

Perseguidos por cazadores sidrianos, la Patrulla-X tiene que salvar a Impulso para averiguar que fue de la Guardia Imperial y del profesor X.

“Seres diferentes y por ello inquietantes. Hijos de la edad del Átomo, mutantes. ¡Temidos y odiados por un mundo que han jurado proteger! Estos son los héroes más extraños...”
Stan Lee y Action Tales presentan:
Creado por
Stan Lee & Jack Kirby

Resumen de lo publicado: El Hombre de Hielo está consiguiendo alcanzar todo su potencial como mutante, ante lo que Gladiador le advierte que, en el Imperio Shi’ar, es una figura reverenciada como Caballero del Fénix. Gracias a Bobby Drake, han conseguido encontrar al guardia imperial Impulso, al que buscaban tras encontrar una señal de socorro. Aunque vivo, sólo han conseguido que, en unos segundos consciente, les advierta de un desconocido peligro inminente.


[El espacio, la última frontera]

-Él es valiente como ningún otro. Tanto como cualquier de los otros guardias imperiales. Lo que le haya dejado así debe ser aberrante -Gladiador estaba apenado, sin saber cómo reaccionar o qué hacer para salvar la situación, que comprendía a uno de sus hombres debatiéndose entre vida y muerte.

-¿Qué posibilidades hay de que se recupere? –preguntó Mancha Solar.

-Está estable, como ya sabéis –comenzó a responder Eric, el Rojo-. Pero no estoy muy al tanto de cómo se cura un ser compuesto de energía. Lo único que hemos podido hacer con él es restaurar su traje de contención.

-Impulso debe regenerar su matriz energética. Es un proceso natural para él, siempre y cuando esté bajo unos mínimos que ahora no podemos pedir – dijo Gladiador, que se movía de un lado a otro de la habitación-. Está en shock, por extraño que eso suene en un ser sin cuerpo.

-Entonces sólo podemos esperar-sentenció Forja.

-Y rezar – añadió Banshee.

-Yo puedo rezar mucho – bromeó Madrox, multiplicándose por cinco al instante, intentando calmar los nervios-. Aunque también puedo quedarme calladito – terminó por decir ante la nula reacción de sus compañeros.

En ese momento Mancha Solar se lanzó contra el suelo, estremeciéndose con violencia. Comenzó a golpear sin poder controlarse el metal sobre el que se tumbaba, aboyándolo sin piedad hasta que Gladiador le sujetó, empleando parte de sus mermadas fuerzas.

-¿Qué demonios le sucede a vuestro amigo?-preguntó el Pretor.

-Ni idea, Bobby si te sientes con fuerza, sujétale. Madrox, crea unos duplos y ayuda también-ordenó Forja-. Eric ¿Tu armadura crea campos de fuerza?

-Si, pero...

-Trata de encerrar a Roberto en uno, no querría que la nave explotara por su culpa.

Un pitido saltó entonces, sobre el monitor que velaba por el guardia Impulso.

-La energía está cayendo en picado –dijo Forja tras contemplar las lecturas con detenimiento-. Mancha Solar está emitiendo energía a bajo nivel, pero interfiere con su regeneración natural. No sé que podemos hacer.

-¡Detenerle!-Gladiador soltó al mutante, pero sólo un instante. Alzó su puño y lo dirigió directo hacia la mandíbula de su camarada ocasional de color negro, noqueándole-. Ahora podemos tomarnos un respiro. Por el Sagrado Imperio, ¿Qué demonios ha sido eso?

-Nunca le había visto reaccionar así – contestó Bobby Drake.

-Ni yo-dijo Madrox.

-Yo soy demasiado nuevo como para haber visto nada – acabó por añadir Eric.

-Y yo soy demasiado viejo y puedo decir que las cosas que están pasando aquí son demasiado raras- Banshee tenía la experiencia de su lado, todos se quedaron callados reflexionando a medida que él hablaba-.Un hombre de energía sin energía, un mutante que se vuelve loco en medio del espacio. Gladiador, ¿Qué te dicen las palabras que soltó Impulso cuando despertó? ¿Qué es 52?

-Nada, en principio.

-Pero 52 entra dentro del rango de 56 planetas que, dijiste, tenía el sector “Narsel-4” –habló Madrox, y todos se le quedaron mirando-. No siempre estoy de broma ¿sabéis? A veces también escucho.
-Ordenador – dijo gritando Gladiador-. Indexa y numera los planetas del sector según los mapas estelares estándar. Accede al número 52.

[Procesando]
-Si íbamos a explotar en orden numérico, desde luego esto nos ahorra mucho trabajo-dijo Eric.

-Si es que la pista a seguir es de fiar –le respondió Forja, que miraba a lo alto, como si la voz mecánica de la nave procediera de algún punto concreto, lo cual era equivocado.
[Planeta 52 de Narsel-4: Formas de Inteligente de nivel 1 a 4. Actualmente no se llevan a cabo
investigaciones o maniobras sobre su superficie. Última actualización XX070100]

-¿Qué quiere decir eso?-preguntó Eric.

-Que ese planeta no ha sido tocado por nadie en aproximadamente un centenar de vuestros años-contestó Gladiador.

-¿Te parece eso una pista fiable, Forja?

-Efectivamente, Drake. En un Imperio colosal como el Shi’ar fácilmente se pueden olvidar de un planeta que, a todas luces, no parece habitado por seres extremadamente inteligentes. Pero lo que me sigo preguntando es ¿Cómo es que sus naves no dieron ninguna señal de aviso o socorro señalando su situación antes de perderse?

-Lo descubriremos pronto.

Gladiador salió volando de la habitación, no sin antes mirar nuevamente a su inmóvil compañero. Se dirigía al centro de pilotaje, donde un joven piloto del Imperio tomaba los mandos de la nave. En cuanto tuvo al alcance de su voz al hijo del imperio, le ordenó tomar el rumbo que, hasta que descubrieran más, parecía el más fiable. O al menos el que tenía algo sentido.

-¿Estaba conectada la megafonía en toda la nave?

-Afirmativo-respondió el joven piloto.

-Entonces pon rumbo al planeta número 52-ordenó Gladiador.

Varios duplos de Madrox se pusieron en marcha entonces, ayudando a los mandos al piloto principal, tal como les había enseñado.

-Si nos estrellamos será tu culpa-dijo uno de ellos.

-No, será la tuya-le respondió el otro duplicado de Madrox, con igual tono de voz.

Mientras, en la enfermería, Mancha Solar seguía dormido. No había perdido su forma negra gracias a la gran concentración de energía en su interior, pero lo que fuera que hacía antes, había dejado de hacerlo. Forja, con la moderna tecnología del Imperio Shi’ar, trataba de darle un diagnóstico.

-No tengo ni puñetera idea -dijo al cabo de un rato de observación.

-Al menos ya se le ha pasado- opinó el Hombre de Hielo.

-De momento-suspiró Madrox.

Banshee se estremeció al ver de nuevo el cuerpo de Impulso moverse. Rápidamente sugirió a Madrox, al estar más familiarizado con la nave, que enviara un aviso allá donde estuviese Gladiador. El grupo de mutantes al instante rodeaban al debilitado guardián.

-¿Dónde estoy? ¿Quiénes sois vosotros? Queda tan poco tiempo...

-De eso nada. Somos la Patrulla-X y hemos venido hasta aquí para encontrarte. Para encontrarte a ti y a los tuyos ¿Dónde está el resto?
Impulso no respondió, en aquel momento las fluctuaciones de energía volvieron a estabilizarse en niveles críticos. Los más bajos. Su vida a penas pendía de un hilo.

En aquel momento amargo, con todos en silencio esperando una respuesta, apareció Gladiador.

-¿Cómo está? Dejadme verle.

Todos se apartaron, pero cuando el alienígena llego a su compañero, la situación no había cambiado.

-¿Ha dicho algo?-preguntó.

-Se sentía desorientado. No reconoció la tecnología de la nave ni a ninguno de nosotros. Aunque claro, tampoco tenía motivos para conocerme, al menos a mí – aclaró Eric.

-Muy pronto llegaremos al planeta en cuestión. Deberíais descansar vuestros cuerpos humanos.

-Mutantes es la palabra correcta pero, ¿qué coño ha pasado?

No tardaron más de medio minuto en informar a Mancha Solar. Con la poca información que tenían de lo sucedido sólo podían decirle que se había vuelto loco y que fue necesario noquearle.

-¿Tú no recuerdas nada?-preguntó Forja.

-Pensaba que iba a morir del dolor.

-Te aseguro que golpes peores me he llevado yo, amigo- dijo el Hombre de Hielo.

-Vi lo que dicen que ves. Vi toda mi vida, en especial mis recuerdos de cuando era más crío. Mis recuerdos con los Nuevos Mutantes. Sólo me faltó la luz al final del túnel, pero supongo que vosotros impedisteis lo que sea que me quería llevar. En verdad sentí como si me arrastraran. Y pese al dolor inmenso, no podía hacer otra cosa que dejarme llevar. Como guiado por una música familiar.

-Una experiencia cercana a la muerte puede ser traumática-dijo Forja-. Como ha dicho Gladiador, todos necesitamos descansar, pero puede que tú más. Luego tendremos tiempo de averiguar qué ha pasado aquí.

-No creo que debamos dejar esto para luego-dijo Banshee-. Un guardián imperial que se debate entre la vida y la muerte. Uno de los nuestros sufriendo ataques desde Dios sabe dónde. No creo...

-No creo que tengamos ni un solo indicio para llegar a nada viejo detective –le cortó Forja a mitad-. A mi también me encantaría resolver todo esto, coger un puñado de guardianes imperiales vivos y volver a casita. Pero ahora mismo no tenemos ni una maldita pista.

-Aquí viene otra vez...

Todos miraron a Mancha Solar, que al instante, como hacía no mucho, estaba revolcándose en el suelo por las convulsiones. Gladiador se dirigió nuevamente a noquearlo de un golpe, pero el Hombre de Hielo le salió al paso.

-Espera un momento y mirad.

A espaldas de todos Impulso se movía, y conforme más cercano era a él Mancha Solar agitándose en el suelo, más se movía.

-Aquí hay algún tipo de relación-dijo Forja.

-Gracias por la evidente sugerencia jefe, pero creo que necesitamos una solución, no una relación. Si Roberto sigue así se cargará la nave-advirtió Madrox, siempre entre la broma y la cordura.

-Esperad-repitió Forja-. Si realmente Roberto llega a descontrolarse podría lanzar una ola de energía en todas direcciones. Lo que le afecta le inflinge dolor, pero no quiere matarle. Y si no quiere matarle no podemos estar totalmente seguros de lo que está pasando o cómo actuar. Quizás lo que remueve a Mancha Solar es energía que Impulso necesita. Quizás por eso ambos se remueven. Uno no sabe de dónde ha salido. El otro no sabe cómo conseguirla.

-Eso no tiene ningún sentido-afirmó Banshee.

-Estás en una nave espacial plagada con un alienígena capaz de partir montañas y un hombre hecho de hielo. Podría reventar mi cabeza con un susurro ¿Y todavía usas un método deductivo basado en alguna regla lógica? Coged a Mancha Solar y traedlo hasta Impulso.

Gladiador y el Hombre de Hielo obedecieron, sabiéndose los más capacitados para dicha tarea ante los posibles golpes de su camarada. Agarraron como pudieron a Mancha Solar y lo fueron acercando poco a poco hacia Impulso. Finalmente fue el propio Pretor el que, empujando su nuca, acercó la cabeza del mutante hasta el guardián.

Entonces esperaron un “algo”. Un Milagro. Cualquier cosa. Un regalo del cielo o una llamada desde la Tierra.
Pero no pasó nada.

Al entrar en contacto el mutante con el traje que contenía la forma de energía inteligente, el primero se desvaneció, volviendo a quedar sin conocimiento alguno.

-¿No se supone que ahora debería pasar algo?-preguntó Eric el Rojo, intrigado por la situación y recordando las maravillas que había escuchado de la legendaria Patrulla-X.

-No siempre funci...

Un tremendo golpe proveniente del exterior sacudió la nave y tumbó a todos. Enseguida el piloto informó por megafonía que algunos cazadores sidrianos les seguían muy de cerca y que si seguían así atravesarían los escudos de la nave. De fondo podían escuchar la voz de uno de los duplicados Madrox, alarmado.

-Tenemos que ayudar como sea, a los puestos de combate. Gladiador, Hombre de Hielo, salid al exterior y acabad con nuestros perseguidores, no son tan numerosos como antes, no os costará nada-ordenó Banshee-. El resto ayudad en todo lo que podáis con las armas que lleve la nave, nuestros poderes sirven de poco en el espacio.

Todos salieron corriendo uno tras otro, pero Gladiador se quedó junto a la moderna camilla, tirado en el suelo. Banshee se percató de esto.

-Gladiador, te necesitamos.

-No ha servido de nada. La luz de Impulso se apaga poco a poco...

-No tenemos tiempo para esto-y dicho esto el escocés dejó en la sala a Mancha Solar, al desdichado Gladiador y su maltrecho guardián silencioso.

-¡Lo recuerdo! ¡Planeta 52!

Impulso dio un salto sobre la mesa y se puso en pie, cayendo nuevamente al suelo. Su traje, por secciones, iba menguando, indicando que la energía que mantenía su forma se estaba disipando.

-Pero mis recuerdos...

-¡Impulso!-gritó Gladiador, que se abalanzó sobre el maltrecho traje contenedor.

-Escucha, no hay tiempo para más. Si quieres recuperar a nuestros amigos debes...


El avance del Hombre de Hielo eran lento. Pese a que sabía perfectamente dónde dirigirse la nave estaba dividida en secciones y, bajo ataque y diversos desperfectos, una puerta no se abría hasta completar una comprobación de seguridad para mantener la integridad estructural de la nave. Esperaba repasando lo que haría, que era muy simple. Sólo tenía que salir, enfocar sus poderes hacia los cazadores, como había hecho hacía no tanto tiempo y dejarlos helados. Con esto sus compañeros, aún con pocos cañones a bordo, podrían partirlos en centenares de trocitos de hielo.
Todo muy sencillo.
No obstante no podía quitárselo de la cabeza ¿Por qué le daba tanto miedo usar sus poderes con tanta facilidad? Mutante comenzaba a ser un concepto tan lejano para él como éste lo era de humano. Mutante, en gran medida, significaba hacer cosas improbables. Él, no obstante, empezaba a conseguir lo imposible. Siempre a costa de sentirse un poco menos humano.
Un poco más frío, pensó. Y eso, viniendo de un hombre de hielo, le daba realmente miedo.


Madrox se multiplicó hasta cubrir una infinidad de puestos dentro de la nave. Era, posiblemente junto a Eric, el que más se había familiarizado con toda aquella tecnología en ese tiempo y por tanto, en aquel momento, el mutante más necesario dentro del grupo. Entre sala y sala sólo se escuchaba su voz, dándose y recibiendo órdenes al mismo tiempo, pidiéndose ayuda a sí mismo y sonriendo cuando se entrechocaban tratando de hacer lo mismo.

-Deriva energía de éste sector hacia las armas.

-¡Sellad manualmente cualquier grieta menor que vuestras manos!

-¡Claro! Eso dejará centrarse a la inteligencia artificial de la nave mayor maniobrabilidad.

-Y ahorrará energía.

-Perdóneme usted señor entendido.

-No hay problema por mi parte, pero luego podríamos discutirlo.

-¡DEJAD DE DISCUTIR!-ordenó el Madrox original-. Ya tendremos tiempo para resolver esto de forma seria después, con una buena pelea. A trabajar.


Banshee, Eric y Forja habían separado sus caminos hasta llegar a unos compartimentos donde operar tres cañones manualmente. Sus cabinas estaban conectadas en video y audio y la comunicación, en los primeros minutos seria, había derivado en una competición personal entre los tres por ver quién acababa con más blancos.

-Con ese llevo seis-dijo Forja tras soltar una gran carcajada-. Si no os esforzáis más nos van a comer chicos.

-No te preocupes, puede que mis poderes sónicos no sean de gran ayuda en mitad del espacio pero aún no he tenido que graduarme la vista para poder aniquilar a cosas tan feas desde ésta distancia. ¿Cómo vas Eric?

-He contado cuatro objetivos caídos, señor.

-No seas tan educado con el viejo Sean o le harás parecer mayor-sugirió el cheyenne.

-No era mi intención, señor.

En el monitor la cara de Banshee se estiró antes de soltar una carcajada.

-Creo que no hará falta la intervención del Hombre de Hielo o Gladiador. Un momento... ¡Mierda!


Bobby Drake había perdido un brazo al plantarse en el centro de la línea de fuego de Eric el Rojo. Sin embargo no le preocupó, ni siquiera lanzó un grito que se ahogaría en el negro espacio. Simplemente giró la cabeza lentamente y, con su nuevo brazo de hielo regenerado, alentó a Eric a tranquilizarse por lo sucedido.
No pasa nada, la culpa fue mía por aparecer de improviso y tan cerca.
El Hombre de Hielo siguió divagando para sí mismo, mientras los cazadores sidrianos le rodeaban. Pensaba en lo lejos que estaba de casa y que, no obstante, no tenía añoranza ninguna en aquel momento. No sentía la soledad del espacio, su frialdad. En realidad estaba en relativa paz entonces. Cuando uno de los cazadores intentó atacarle físicamente quedó congelado al instante, desintegrándose en infinidad de trocitos tras un par de segundos.
Dos cazadores más se echaron sobre él al instante, intentando acabar en grupo aquello que no podían en solitario. El resultado fue el mismo y a cada segundo, el Hombre de Hielo se aburría más. Sin ser un gran grupo como antes, los cazadores sidrianos no representaban una amenaza real. No para él. Pero su misión era proteger la nave y a todos sus ocupantes.
En aquel momento, entre los brillantes trozos de alien congelado y desmenuzado, apareció Gladiador. Varios de los cazadores al ver al mutante helado acabar con su grupo habían comenzado a huir pero el pretor, lleno de furia, comenzó a darles caza. Bobby Drake percibió cómo sus poderes habían aumentado levemente en los últimos días, con cada nuevo atisbo de esperanza. Velocidad y furia los cazó uno a uno, arrancando sus extremidades o partiéndolos por la mitad salvajemente.

Cuando el trabajo estuvo hecho se aseguró, dando una veloz vuelta a los alrededores, que ningún otro cazador sidriano siquiera sus pasos de cerca. Luego indicó a Drake que regresara al interior de la nave.


Aliviados por el final del asalto a la nave, todos caminaban tras Gladiador intercambiando opiniones sobre lo sucedido. Se dirigían a la sala médica, pensaban todos, nuevamente para ver a Impulso y ver si había sucedido algo con Mancha Solar.

-¿Qué demonios ha pasado?-preguntó Forja sobresaltado. Nada más entrar en la habitación cayó en ver el traje de Impulso totalmente deshecho en el suelo, como si fuera un simple trapo roto-. La degradación de su energía no tal como para que en tan poco tiempo...

-Ha debido de ser el ponerle en contacto con Roberto, algo malo pasa-sugirió Banshee.

-Si y no. Tranquilizaos – Gladiador parecía más calmado que en los últimos días, siempre preso del pánico y temeroso del destino de los suyos-. Vi perecer a Impulso frente a mis ojos, pero cumplió su misión de la forma más honorable. En cuanto regresemos al mundo trono informaremos a su planeta de su muerte, así como de la necesidad inmediata de incorporar a filas a alguien que reúna sus capacidades y lleve de nuevo con honor su nombre.

-¿Morir es una misión honorable?-preguntó indignado Eric, el Rojo.

-No me refiero a eso. Su misión era otra. Para alivio mío confirmó que tenemos que ir al planeta 52, pero no mucho más. Mis hombres están vivos, pero me dijo que para salvarlos tendría que encontrar primero a alguien.

Mancha Solar se removió sobre la camilla en la que estaba, pero no llegó a despertar.

-Creo que él también tenía una misión en todo esto. También ha cumplido con su parte.

-Podrías ser más claro, nos tienes en ascuas-Madrox se encontraba en la habitación por partida triple.

-Intento tranquilizaros antes de poneros nerviosos. Impulso mencionó a alguien que cuyo nombre me resultaba familiar. Era alguien que, si no recuerdo mal, Charles Xavier nombraba a veces con pena. Puede que incluso llegara a conocerle en persona, pero ahora mismo no lo recuerdo.

Todos callaron y se miraron extrañados, no sabiendo encontrar una respuesta a las enigmáticas palabras del Pretor.

-¿Alguien a quien Charles Xavier recordaba apenado? Lilandra no tiene nada que ver en esto ¿No?

-En absoluto Banshee. Las palabras exactas de Impuslo fueron: “Para encontrar y poder salvar a la Guardia Imperial, primero deberás encontrar a Douglas Ramsey. ¡Encuentra a Douglas Ramsey!”.

FIN

Si te ha gustado la historia, ¡coméntala y compártela! ;)


No hay comentarios:

Publicar un comentario