Los Defensores nº07

Título: Viaje a la Dimensión Oscura
Autor: John Schneider
Portada: Angel Marin
Publicado en: Marzo 2004

Los Defensores viajan a la Dimensión Oscura en el enésimo enfrantamiento entre el Doctor Extraño y el amo y señor del lugar: el letal Dormammu. ¿Será éste el enfrantamiento definitivo?
El Doctor Extraño. Hulk. Estela Plateada. Namor. Poderosos guerreros que no encajan en ningun grupo. Cuatro héroes que se reúnen sólo cuando la Tierra se enfrenta a las mayores amenazas. Ellos son el "no-grupo" más famoso de la historia. Ellos son...
Creado por Roy Thomas y Ross Andru


Preparando el viaje...

La batalla ha terminado, pero a Bruce Banner le cuesta hacerse a la idea. No puede olvidar que por un momento se transformó en el Maestro. Había perdido el control y en el choque entre sus personalidades se impuso el Maestro. En otro tiempo se aisló del mundo en una isla para evitar hacer daño a la gente que le rodeaba, el recuerdo de Betty le perseguía. Pero eso ha cambiado, Bruce Banner ha comprendido que la soledad no es la solución, ni lo fue nunca, porque por muy lejos que fuera, aunque se perdiera en la dimensión más remota nunca estaría lo suficientemente apartado y los problemas terminarían por alcanzarle. Es cierto que perdió el control, como también lo es que gracias a que sus compañeros defensores estaban con él se pudo controlar la situación evitando el peligro potencial.

Sin un segundo de respiro ya les aguarda una nueva misión, todo va muy deprisa pero Banner comprende que están en la parte más difícil, el principio, hay cabos sueltos que atar, como Dormmammu, y deben atarlos deprisa. Sin embargo puede ver cómo van dando pasos, la asociación con la Corporación X o el inminente viaje de Namor a Brasil son la prueba del nuevo rumbo que el Doctor Extraño le quiere dar al grupo. Le recuerda a sus tiempos en el Panteón. Los superhéroes pueden y deben intervenir en el mundo más allá de detener al villano de turno, pero no pueden imponer su ayuda. Esa lección ha quedado bien aprendida.


En su despacho Norrin Radd observa intrigado la pantalla del ordenador, en ella tiene abierta la página web de Oracle Inc.,la empresa propietaria del edificio Tempo tras su fusión con la compañía del Doctor Extraño.

Desde su llegada a la Tierra Estela ha intentado integrarse en su nuevo hogar, y es ahora cuando responde una pregunta de una adolescente de Dakota cuando empieza a sentir que ha tenido cierto éxito. El tema es la postura de los Defensores ante el medio ambiente, algo lógico teniendo en cuenta la presencia de Namor.

Tras un momento de reflexión Norrin teclea:

“Mi compañero Namor ha dado siempre mucha importancia a la defensa del medio ambiente, y te aseguro que los Defensores haremos todo lo posible para mantener el equilibrio ecológico de este planeta.”

Otra pregunta toca un tema más delicado, un asunto que han intentado hacer olvidar desde el primer día.

Kath escribió:

“¿Podemos confiar en vosotros? Namor ha invadido varias veces Manhattan, tú fuiste heraldo de Galactus( nunca me creí que fuera un truco de Reed Richards, ese JJJ le tiene manía a todos los superhéroes, yo creo que es por envidia) y Hulk es un peligro en potencia. Del Doctor Extraño sé muy poco, pero tampoco me da mucha confianza. Y tras ese golpe planetario mis amigos dicen que sólo estáis esperando a un momento más propicio.”

La respuesta surge con espontaneidad:

“Todo lo que escribes en tu mensaje sobre nuestro pasado es cierto, pero omites datos. Hulk ayudó a derrotar a muchas amenazas como Onslaught. Namor luchó contra los nazis y siempre a ayudado a sus antiguos compañeros. Yo mismo llevo viviendo en la Tierra bastantes años y creo que mi pasado como heraldo de Galactus ha quedado atrás. Ahora mismo tenemos una peligrosa misión que nos llevará a enfrentarnos a un tirano.

Saludos, Norrin Radd.”


En la planta de la Corporación X Nick Furia pasea de un lado a otro como un león enjaulado. ¡¡Malditos sean!!, piensa, no pueden hacerme esto, si creen que mirar a otro lado va a solucionar algo...Cráneo Rojo es de la misma escuela de Hitler, la Tierra Salvaje es sólo el principio, igual que lo fue Austria. Y también está Calavera, esa bomba atómica es como la espada de Damocles, espero que mi idea funcione...

De un despacho salen Cable y Arcángel, el mutante alado saluda a Furia.

-¿Visita de negocios?

-Algo así, los jefazos me tienen con las manos atadas en el asunto Cráneo Rojo y me vendría bien un poco de ayuda para localizar la bomba. Es su seguro de vida, mientras la tenga no podemos tocarle.

-Soy un soldado como tú, odié salir así de la Tierra Salvaje así que cuenta conmigo.

-Espera Cable, el Coronel tendrá que darnos algo a cambio.

Furia estalla:

-¿¿¿¿PRETENDES CHANTAJEARME PIOLÍN????

-Ni mucho menos, pero la situación de los mutantes ha cambiado, ya no actuamos a la sombra, dejando que después otros se atribuyan nuestros méritos cargando así para siempre con el sambenito de amenaza. Queremos que al final de la operación se sepa que la Corporación X ha colaborado para mantener el bienestar de la población.

-De acuerdo.

-Una cosa más.

-¿Y ahora que mosca te ha picado a ti Nathan?, ¿también quieres aprovecharte de este viejo lobo?

-Sólo iba a decir que quiero elegir a los miembros de mi unidad, y quiero a G.W. Bridge. Es hora de reunir los pedazos de la media docena.

-No sé si le gustará la idea a mis superiores, tienes luz verde, procura ser discreto, no quiero levantarme con tu jeta en la portada del periódico. Para eso ya tengo al lanzarredes.


El portal dimensional brilla enmarcado por una estructura de acero llena de botones luminosos que parpadean. Clea lo mira con cierto interés mientras toma una taza de té recién hecho. Stephen lo observa con detenimiento como si cada luz tuviera un significado especial que sólo él pudiera entender. Wong pasea aparentemente distraído por la sala atento a cada gesto. Al ver a su amigo, el Hechicero Supremo no puede evitar sentirse orgulloso, durante un tiempo le acusó de la muerte de Imei, y en una parte de su corazón aún lo hace pero ver cómo ha cogido la iniciativa en su vida, relanzando a los Defensores y cumpliendo con sus compromisos con Clea o él mismo, que rechazó un puesto directivo en Oracle, hace que esa espina no duela tanto y mire con ilusión al futuro.

Clea se acerca con cuidado a su amado, procurando no interrumpir sus cavilaciones. Sin dejar de mirar el portal Extraño coge con suavidad la mano derecha de Clea y dice:

-Supongo que te habrás preguntado acerca de la necesidad de este portal cuando un simple hechizo habría hecho lo mismo. Lo cierto es que quiero tener una conexión permanente con la dimensión oscura, conozco tus responsabilidades con tu gente, pero no quiero que haya una barrera entre nosotros.

-Y no la habrá. Te visitaré , y con este portal no necesitaré gastar magia propia, por cierto, ¿cómo sabes donde saldremos?

-Era lo que intentaba dilucidar ahora mismo. Esta tecnología es experimental.

-Tranqui Doc, mientras no aparezcamos en medio de una supernova todo está controlado.-Bruce Banner hace su entrada acompañado de Estela Plateada.

-Bien, ya podemos ponernos en marcha. Wong debes llamar dentro de media hora a la Hermana Nada. No debe entrar, la dimensión oscura es muy peligrosa y su dominio de la magia es frágil. Sólo debéis vigilar la estabilidad del portal.

Dicho esto los cuatro entran en el portal dejando solo a Wong. Extraño, ¿por qué dejará el portal abierto?, reflexiona Wong consternado.


La única palabra que resuena en la mente de la joven latveriana llamada Hope es Huye. Al regresar de una ronda rutinaria descubrió que una patrulla de Súpersoldados había encontrado la base de su grupo, los Crusaders, capturando a sus compañeros. La instalación está infestada de esas grotescas parodias del Capitán América y no hay ni rastro de sus compañeros. Sin pensarlo se dirige a la sala científica en la que el Forjador estaba trabajando en una máquina que les permitiría contactar con otras líneas temporales en dimensiones paralelas y descubrir cómo se evitó en ellas la ascensión al poder de Hitler.

El problema es que es un prototipo y la teoría en la que se basa no está comprobada, si estuvieran vivo Reed Richards o Victor Von Muerte, pero sus vidas se extinguieron hace tiempo. Al girar la última esquina se encuentra de frente con una patrulla de supernazis, como los llama el líder de los Crusaders, Cámara. A punto de caer al suelo los esquiva de puro milagro y se lanza dentro de la sala con los soldados clónicos pisándole los talones. Sin tiempo apenas conecta la máquina y apunta a la línea temporal más prometedora. Se lanza al interior de la cápsula que brilla con fuerza, pero un Súpersoldado se mete justo detrás de ella antes de que se cierre el mecanismo.

Se siente caer en el vacío, el nazi la agarra por un tobillo, a duras penas saca un cuchillo de un bolsillo del traje y haciendo un movimiento arriesgado se lo clava en el cuello al nazi seccionándole una arteria. Cuando llegan a su destino él está muerto. A su alrededor se extiende un gran llanura salpicada ocasionalmente por casas. Al momento reconoce su hogar, Latveria. Lejos, en el castillo del Doctor Muerte un ordenador registra una anomalía espaciotemporal.


Namor surca los cielos con soltura hacia su destino, Brasil, más concretamente Río de Janeiro, donde le espera una reunión de negocios. En estos momentos el hijo vengador se siente frustrado, por un lado comprende que su viaje es parte de sus obligaciones como director de Oracle Inc, y que forma parte del plan de los Defensores, pero no puede evitar sentirse mal al pensar que sus compañeros van a enfrentarse a Dormmammu.

El acuerdo comercial servirá para exportar la tecnología del edificio Tempo a Brasil y para estudiar formas mejores de aprovechar los recursos de ese vasto país.


El viaje...

La dimensión oscura es ante todo un lugar desolador, incontables guerras la han reducido a ser un inmenso cementerio donde yacen las restos de épocas mejores. Lo único que se eleva con cierta distinción es la fortaleza del tirano, Dormmammu, un ser que se ha acostumbrado a sobrevivir sin más propósito que ver el día siguiente.

Los tres Defensores y Clea aparecen en unas colinas sombrías y tras ver el castillo emprenden rumbo hacia él. Clea mira en silencio las cenizas de su tierra y piensa en toda la gente que ha muerto. Bruce Banner y Estela Plateada se adelantan buscando señales de vida, o algo parecido. Pronto lo encuentras, los Sin Mente, las únicas criaturas que parecen contentas de vivir en un mundo atroz surgen en pocas decenas con parsimonia, sin prisa, sabedoras de su papel en el orden de las cosas.

-No os entretengáis con los Sin Mente. Nuestro objetivo es Dormmammu.

La voz del Hechicero Supremo les llega algo distorsionada por el viento pero la oyen. Estela Plateada golpea con varios rayos cósmicos a los monstruos pétreos, que responden con rayos surgidos de su único ojo, pero su ataque es caótico y tanto apuntan al surfista plateado como a ellos mismos. El gigante esmeralda se pasea con comodidad entre ellos abriéndose paso con golpes contundentes. Los rayos rebotan en su piel de jade incapaces de frenarlo.

Todo va bien, demasiado, Clea siente un pequeño dolor en la cabeza, pequeño, pero lo suficientemente intenso para comprender que algo no va bien. Los Sin Mente parecen atontados, más débiles de costumbre, como si se estuvieran conteniendo, pero sabe que son carentes de cualquier capacidad de raciocinio, de modo que detrás de esta actitud sólo puede estar Dormmammu.

Un intercambio de miradas es suficiente para decírselo a Stephen que levanta el vuelo con ella conjurando una burbuja. Sin embargo, aún hay lago que la inquieta, pues Clea siente que ha olvidado algo, pero no sabe qué y eso le preocupa.
 

En un centro comercial muy lejos de la Dimensión Oscura la joven mutante Monet St. Croix contempla con orgullo el resultado de su obra al ver salir a la Hermana Nada del probador con un elegante conjunto de chaqueta y minifalda.

-Sabía que tenías madera, sólo había que sacarlo a la luz.

-¿Tú crees que estoy bien así?

-Hazme caso, necesitas respirar aire puro, y la tarjeta también.

-No estoy acostumbrada al contacto con la gente.

-Tranquila, eso se te pasará enseguida, y más conmigo al lado. ¿Seguimos?

Un pitido suena en el bolso recién comprado de la Hermana Nada, en el busca hay un mensaje del Doctor Extraño.

-Tengo que irme, Stephen me necesita.

-Curiosa elección de palabras, voy contigo.


La Abominación camina por la nieve con calma, detrás el Dark Wizard habla con Attumma, que se siente fuera de su elemento.

-¿Y dices que el último miembro de nuestro grupo nos espera en este paraje desolador?

-Para nuestro futuro compañero éste es tan buen sitio como otro cualquiera, y lo más importante es discreto.

-Supongo que será un enemigo de Estela Plateada, ¿tengo razón, Dark Wizard?

-Veo que empiezas a comprender mi plan. Sí, es un rival del surfista plateado, y un ser muy poderoso.

El terreno se empina por momentos y un viento helado golpea sus rostros. La Abominación se adelanta y señalando a una estructura artificial que se distingue a medio kilómetro de distancia dice:

-¿Es ése el lugar donde nos espera? Estoy intrigado por todo esto, pero me gusta que mi vida vuelva a tener un rumbo.

-Puedes estar seguro de que te esperan grandes cosas, como al resto.

La estructura se abre para ellos como una planta dejando entrar la luz polar. La estancia es circular y está llena de tecnología alienígena, en el centro está un ser bajo, de piel azul y barba portando una gran hacha de batalla.

-Al fin habéis llegado. Saludos, Dark Wizard, tu propuesta me ha impresionado gratamente, sumaré mi fuerza a la tuya...

-Y triunfaremos donde antes fracasamos, ahora que el grupo se ha completado contigo, poderoso Terrax.


El combate...

Dormammu observa con interés a los Defensores a través de un orbe mágico. Las llamas que recubren todo su cuerpo refulgen con un vigor renovado al ver a su enemigo acercándose a su fortaleza.

-Un nuevo combate, Extraño, pero no será otro más en nuestra eterna partida. Tengo una sorpresa, un as en la manga, y por eso esta vez caerás.

Detrás de él hay un figura humana en sombras atada con pesadas cadenas a una rueda de metal, sostenida a su vez por otras cadenas unidas al techo y el suelo.

Mientras el grupo encara su destino. La fortaleza del señor de la Dimensión Oscura se alza ante ellos desafiante. Una inmensa criatura de piedra con cuatro largos brazos la custodia. Detrás de los Defensores hay dos docenas de Sin Mente y se ven más aproximándose. Bruce Banner echa un vistazo a la situación y dice:

-Cuando quieras, Doc. Me apetece hacer un poco de ejercicio.

-Pues ataquemos, el reinado de Dormammu debe terminar y esta vez me aseguraré que no vuelva.

Al oír esto Clea siente un escalofrío, sin embargo sabe que Stephen tiene razón, pues Dormammu siempre ha sobrevivido a sus peores derrotas.

La batalla estalla en un instante, el gigante de piedra responde al ataque de los Defensores agitando sus extremidades con furia. Los Sin Mente parecen despertar de un profundo letargo y se lanzan poseídos por una rabia sobrenatural lanzando rayos por doquier, sin ningún tipo de contención. Banner se maneja con soltura en este tipo de pelea, usando el mayor número de sus contrincantes contra ellos. Estela Plateada surca el cielo con gracilidad manteniéndose lejos del alcance de los Sin Mente y de las erráticas arremetidas del guardián. Sus rayos cósmicos golpean a las criaturas quemando la tierra muerta de la Dimensión Oscura.

Extraño y Clea se hacen paso entre la cada vez mayor multitud de Sin Mente usando sus vastos conocimientos de brujería. Poco a poco el resultado de la batalla se inclina a favor de los Defensores sin que el enemigo haga acto de presencia. Y justo cuando el Hechicero Supremo se encuentra a punto de cruzar el umbral de la puerta, derrotado ya el guardián siente como algo le atraviesa el pecho desgarrándolo de dentro afuera y cae de rodillas sin fuerzas. Clea intenta sostenerlo pero no puede evitar que Stephen caiga inconsciente en la entrada de la fortaleza ante la mirada incrédula de sus compañeros defensores.

Bruce Banner corre hacia su compañero y le toma el pulso.

-Está vivo, pero el pulso es débil. ¿Qué podría...

Sin darle tiempo a formular la pregunta las luces de la entrada se encienden, grandes llamaradas brotan por todas partes y entra en la estancia Dormammu.

-Vuestro líder ha caído ante mi poder, os ofrezco la retirada al resto, vosotros decidís.

En nuestra dimensión una señal de alarma se activa en el portal. Monet la señala con curiosidad.

-¿Qué quiere decir esa luz, Wong?

La reacción de Wong es muy diferente:

-El Doctor corre peligro. El portal está conectado a las personas que lo cruzan, si algo les ocurre manda una señal.

-Entonces iremos a ayudarle, Stephen nos necesita.

Antes de que Wong pueda replicar a la Hermana Nada, ella y Monet entran en la Dimensión Oscura. Lo último que oye es a Monet decir: ¿Sabes cómo encontrarlos?

Afortunadamente para ellas la fortaleza de Dormammu se divisa desde casi cualquier parte así que ponen rumbo a él.

-Debemos acercarnos con sigilo. Si jugamos bien nuestras cartas podemos sorprender a ese tal Dormammu. Leí algo sobre él en la base de datos de Tempo. Un tirano demasiado viejo y demasiado apegado al poder. Hay que darle una lección.

Gracias a la capacidad de vuelo de Monet llegan rápido a la fortaleza donde van a los Defensores encararse con Dormammu, que los mira con desprecio. Se cuelan por la puerta por la que había entrado Dormammu y se adentran en la fortaleza.

-Deberíamos ayudarles.

-Espera, Nada, antes necesitamos saber más de este sitio.

Varios guardias custodian una puerta blindada. Monet se lanza sin dudarlo contra ellos golpeándolos con su fuerza sobrehumana. La Hermana Nada acaba con los que esquivaron a la mutante argelina y sin perder un segundo entran en la habitación dejando tras de sí un montón de cadáveres y una puerta doblada.

Con dificultad ven a una figura en sombras encadenada, al soltarla de su prisión se desploma encima de ellas sin fuerzas. Todo su cuerpo está cubierto de llagas y respira con dificultad. Su rostro es una máscara desgarrada que recuerda lejanamente a la que llevara en tiempos el Doctor Extraño.

-¿Os rendís?

-¿Estás de coña? Vamos a patearte el trasero.

-Me he explicado mal, si no lo hacéis el Hechicero Supremo morirá.

-Te equivocas, Dormammu, hemos descubierto tu secreto. Has perdido tu ventaja contra el Doctor Extraño.

Dice una Monet desafiante mientras ayuda a caminar a Paradoja, que es como se llama el ser que tenía prisionero Dormammu.

-Conque haciendo trampas... eso está muy feo.

-No tanto como la va estar tu cara.

Los puños de Hulk impactan en el cuerpo de Dormammu como una lluvia de meteoritos. Los escudos mágicos caen sin llegar a materializarse.

-Se acabó, estoy harto de que gente como tú juegue con nuestras vidas, no vas a volver a hacer daño, NUNCA MÁS.

Incapaz de defenderse Dormammu siente como pierde energía apagándose sus llamas dejando a la vista su carne corrompida.

-Alto, ya es hora de que yo termine lo que vosotros habéis empezado. Es mi deber. Clea, dame la mano, vamos a enviarlo al olvido para siempre.

-No te atreverás, Extraño. No te funcionará, volveré.

-Tengo algo preparado para esa eventualidad, te gustará.

Las manos de Clea, que siente como una parte de su memoria aflora de nuevo al ver a Paradoja, coge las manos de un sorprendentemente recuperado Doctor Extraño y entonan juntos un antiguo cántico que envuelve a Dormammu en nieblas disipándolo sin dejar rastro.

-¿Se acabó?

-Eso espero, Norrin. La victoria ha sido cara.

-¿Qué quieres decir Stephen?

-Dormammu debió estudiar a Paradoja mucho tiempo hasta dar con el nexo que lo une a mí, así fue cómo me atacó, al liberarlo Monet recuperé las fuerzas momentáneamente pero me temo que las heridas son más graves de lo que pensé.

Continuará...


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