Los Invasores nº03

Título: Encrucijada (III): La caída de Alastor
Autor: Miguel Ángel Naharro
Portada: David Rodríguez Castillo
Publicado en: Junio 2003

La única esperanza para derrotar el super-poderoso Dynamic Man recae en los hombros de¡ Spitfire!.
El primer grupo que lucho por la libertad durante la segunda guerra mundial. Un grupo que inspiro a generaciones de héroes. Ahora los héroes han decidido volver a primera línea.
Stan Lee y Action Tales presentan a

Creado por Roy Thomas, Sal Buscema y Frank Robbins

Resumen de lo publicado: Capitán América, Druida, Aarkus(la Visión original), Spitfire, la Antorcha, Namor y Union Jack aparecen en Alastro, una ciudad en ruinas situada en una dimensión entre mundos. Allí se encuentran con Dynamic Man, un antiguo Héroe de los 40, que resulta ser un androide, Dynamic Man les cuenta que antiguos Héroes de la década de los 40 llevan combatiendo durante más de 50 años en esta dimensión, con unas criaturas llamadas los Hamalki, evitando que estas lleguen a la Tierra. Tras la aparente muerte del androide descubren lo que oculta Alastor. Un artefacto de poder increíble llamado el Nexo del Infinito, con el que los Hamalki aparentemente quieren llegar a la Tierra. En el primer ataque de los seres extradimensionales Spitfire queda aparentemente convertida en un vegetal. Justo en ese instante aparecen los Héroes perdidos, que extrañamente atacan a los Invasores, tomándolos por un truco Hamalki.

Tras derrotarlos, aparece Dynamic Man, que no estaba muerto, descubriéndose que el es quien manipulaba todo, ya que todo es una mentira, los Hamalki están bajo su control, y lleva jugando con los Héroes durante todas estas décadas, sin que ellos se percaten, ya que posee un tremendo poder de control mental.

Mientras tanto, la mente de Spitfire contacta de algún modo con la consciencia dormida de Zentraedi, el ser que es el Nexo del Infinito, una criatura que lleva millones de años atrapado en Alastor. Zentraedi le descubre todo lo ocurrido.

Al mismo tiempo, Dynamic Man lanza a Namor y la Antorcha contra el Nexo del Infinito, desapareciendo estos en un mar de dimensiones. Namor aparece en un mundo helado y hostil, y cae derribado por las inclemencias del tiempo, siendo rescatado por un misterioso personaje. La Antorcha aparece en un mundo similar a la Tierra, pero arrasado por el poder de los Nazis, en esta dimensión encuentra a un duplicado suyo que esta de lado de los Nazis.



La resistencia había sido totalmente inútil. Dentro de sus mentes sintieron las garras psíquicas, la presencia hambrienta y depredadora de Dynamic Man, sometiéndoles, como un parásito dentro de la psique

- Luchad, que no sea algo fácil, ¡así es más divertido!

El capitán América, Aarkus y Union Jack observaron como una fuerza los elevaba a varios metros del suelo. Podían observar todo lo que ocurría. Sin embargo, eran solo meros pasajeros en su propia mente.

Dynamic Man se acerco al cuerpo inerte de Spitfire y le sujeto la cabeza.

- Ssueeltalaaaa...

El androide elevo la mirada hacia donde se encontraban flotando. Frunció el ceño y sus sensores ópticos se iluminaron con una leve resplandor rojizo. Union Jack comenzó a retorcerse de dolor.

- Parece que tenéis más voluntad y fuerza de la que pensaba... No debes de preocuparte por tu amiga... Veras, Los Hamalki emiten un tipo de ondas sónicas que a veces pueden ser dañinas para el cerebro humano... Tu pobre Jackie es solo un vegetal, un cuerpo sin mente alguna... Aunque así quizás puedas hacer mejor uso de ella ¿no te parece?.

Sonríe y deja que sus prisioneros puedan hablar. Así el espectáculo merecería más la pena.

- ¡Maldito! ¡¡Aunque sea lo ultimo que haga te matare!! .- Grita enfurecido Union Jack.

- No le sigas el juego, Union, es lo que el quiere, que te desesperes y que te dejes llevar por la rabia.- Dice el Capitán.

Los tres observan como con un simple gesto, el androide hizo que los héroes olvidados, que estaban inconscientes se levantaran. Sus rostros parecen carentes de vida, de sentimientos ni emociones. Son como autómatas. Dos de ellos, el Halcón y Thunderer, cogen a Druida, que permanece aún dormido.

- Como podéis ver, ellos son ahora meros esclavos sin mente. Ahora sus mente esta totalmente enterrada. A veces dejo que cobren parte de su consciencia, dándoles la sensación de que tienen libre albedrío... Pobres ilusos...

Los cuerpos inertes de Druida y Spitfire se elevan hacia donde están sus compañeros.

- ¿Qué es lo que quieres de nosotros?. Pregunta el Capitán.

- Una parte de la historia que os conté era cierta.... Durante más de cincuenta años estaba atrapado en este mundo muerto, ahora es la hora de volver a pisar la Tierra.

Escondido en un rincón lejos de ojos curiosos, se encuentra un cuervo negro que observa tranquilamente todo lo que ocurre.


- Te ayudare, pero deberás aceptar una pequeña tarea, una gran tarea realmente.

- Lo que sea, pero debes de salvar a mis amigos.

- Durante incontables eras mi consciencia estaba a un nivel casi aletargado, hasta que tu me has despertado. Ahora se todo el daño que mi presencia puede hacer, me he convertido en un nexo de energía, capaz de las más terribles atrocidades de ser usado en malas manos. La única opción que tengo es autodestruirme y desaparecer para siempre en el olvido.

- Pero morirás...

- Mi lugar no esta en este plano de existencia, niña. Sin embargo, aunque abandone este plano, el antiguo mal que asolo este universo hace billones de años esta cercano a volver. Tu y tus compañeros, seres excepcionales entre los mortales, deberéis detenerlo en cuanto se muestre. Mi impronta quedara en ti, pequeña, y tu serás capaz de detectar al antiguo enemigo cuando se manifieste....


La tormenta de hielo y nieve cortante no parece afectar a una nave de excepcional diseño y acabado casi artesano. Dentro de la nave, el misterioso rescatador de Namor observa como el cuerpo inconsciente del atlante descansa.

- Vaya, vaya, si que es atractivo... Dice un agradable voz femenina que parece provenir de todas partes.

- Lykena, ¿Cuál es su estado?.

- Se recuperara en breve, querido.

Los pensamientos retrocedieron en el tiempo siglos y siglos atrás en el pasado. Recordaba como si fuese hoy mismo como Lykena había traído un ciervo recién cazado para cenar. Ella era un excepcional cazadora, y si el mismo hubiese traído la caza, se habría ofendido. Recordaba cada centímetro de ella, su cabello negro, largo y lacio, de color azabache, sus ojos verdes, tan hermosos como las más bellas esmeraldas, su sonrisa embriagadora. Tras pasar una noche que recordaría durante toda la eternidad, el se marcho. Debía acudir a una reunión familiar, y a pesar de que su deseo era quedarse al lado de ella, su deber estaba con su familia. Marcho triste, pero a la vez alegre pensando que en breve tiempo volvería a estar en los brazos de Lykena.

A millas de distancia sintió que algo ocurría, que algo no iba bien.

Sin respiro alguno, regreso ha su hogar, al lado de su amor, del único amor que conoció realmente en su larga vida.

Cuando vio la columna de humo que surgía de la pequeña aldea donde ella vivía supo lo que sus temores se habían confirmado.

La aldea estaba arrasada hasta sus cimientos. Las casas saqueadas y quemadas. Sus habitantes muertos. Su casa destruida, y Lykena, la mujer más maravillosa del mundo, muerta. Ese día lloro, lloro por que si hubiese estado en la aldea, ella ni ninguno de sus habitantes estarían muertos. Esas lagrimas fueron las ultimas que salieron jamás de sus ojos. La ira sustituyo a la pena, y preso de esa ira siguió el rastro de los asesinos.

El rastro le llevo a un campamento del ejercito de Roma. Todo cobraba sentido, para los Romanos solo eran salvajes, indignos de vivir a nos ser como esclavos del jugo de Roma y de su Cesar.

Ese día el suelo se tiño de sangre romana. Cuando la rabia y la ira se fueron, el vio lo que había hecho. Una legión entera de Roma había caído bajo sus manos. Unas manos que ahora estaban manchadas de sangre. En aquel instante y observando la masacre que acababa de realizar, juro dejar de lado la violencia y las armas.

Y aunque se había visto obligado en alguna ocasión a romper su promesa, la violencia no era de su agrado.

Namor abrió los ojos lentamente. Lo primero que ve es el rostro de una hermosa mujer.

- ¿Dónde estoy? ¿Quién eres?

- Estas entre amigos, príncipe Namor.

El Hijo vengador se incorpora y puede ver que se encuentra en lo que parece una nave de algún tipo. La mujer parece sonreír.

- ¿Quién eres, mujer...?

Se sorprende al observar como su mano atraviesa a la mujer, como si fuese un fantasma.

- ¡ Por Neptuno!

La mujer desaparece con un flash de luz.

- Mi nombre es Lykena, Atlante, y soy una inteligencia artificial dentro de la nave donde nos encontramos, lo que has visto es solo un holograma.

- Disculpa a Lykena, Namor, a veces casi parece una mujer de verdad.

- ¿A veces?.- Refunfuña Lykena.

En la puerta se encuentra un hombre de raza negra, mide cerca de los dos metros, su cabeza esta completamente afeitada y luce una perilla cuidadosamente recortada. Lo que más le llamo la atención fueron los ojos, tenia una mirada extraña, parecías perderte en esos ojos, unos ojos que hacían parecer que el Hombre era viejo, muy viejo.

-¿Nos conocemos? ¿Quién eres?.


- Los humanos me confundieron con el Dios Olímpico Hefestos, me llamarón también Vulcano, y mis hermanos eternos me llaman Phestos.1-

- ¡Te recuerdo! Estabas en Olimpia cuando los Vengadores acudimos a los Eternos para curar al malherido Gilgamesh.2

- En efecto, Atlante. Soy el ingeniero e inventor de los eternos.

- ¿Y donde estamos? ¿Qué haces aquí?.

- Eso debería preguntarte yo, amigo mío. Estamos en la Dédalo3, es mi nave y Lykena es mi compañera de viajes.

- Encantada, guapo... Muach!.

- Suelo viajar en busca de materiales para mis inventos y mis construcciones, en esta dimensión de hielo eterno encuentro unos cristales especiales que me son de mucha utilidad ¿Cómo has llegado aquí, Namor?.


- Phestos, tienes que ayudarme, el destino de mis amigos y quizás de la Tierra esta en juego.

Namor le cuenta todo lo ocurrido en las ultimas horas. Desde que aparecieron en Alastor, hasta que cayo por el nexo del infinito. Phestos escucha pacientemente.


- Encontrar el lugar que describes va a ser harto difícil, amigo mío, es como buscar una aguja en un pajar... Pero hare cuanto este en mi mano para ayudarte.


Ante el Eterno y el Atlante se forma una figura envuelta en multitud de colores. Es una mujer. Namor la reconoce de inmediato.

- ¡Jacqueline! ¿eres tu?.

- Sí, y no.... soy Jacqueline, y también soy Zentraedi, el ser que es el nexo del infinito mismo....

- Ahora no hay tiempo para explicaciones, debemos volver y salvar a nuestros amigos.

Los soldados no dan crédito a lo que están contemplando. Su comandante se a duplicado en dos , exactamente iguales. Como dos gotas de agua.

-Vaya, vaya, ¿Qué tenemos aquí? ¿eres la ultima estratagema de la resistencia?

-No se quien eres, solo se que tu no eres igual que yo, mataste a esa pobre gente sin ninguna contemplación.

-¿Gente? Esos no eran gente, no eran personas, solo eran animales que se habían escapado del rebaño.- Dice en un tono totalmente despreciativo.

La Antorcha golpea a su gemelo con el puño.

Su doble sonríe.

- Bien, por fin un poco de acción. Desde que me enfrente a el Escuadrón de Vencedores por ultima vez no he tenido ocasión de ejercitarme.

Las dos figuras estallan en llamas y se elevan como dos bolas de fuego en el firmamento. Las dos figuras ígneas se enfrenta a tal velocidad que los soldados solo ven dos llamas moviéndose de un lado a otro.

El resplandor de sus llamas ciegan a todo el que observa la batalla de los dos androides.

Cuando el intenso brillo desaparece, una figura cae como un misil, y se estrella en el suelo.

La otra figura aterriza a su lado, sonriente.

- Sin duda era una imitación que no da la talla...

De repente una aparición surge ante el. Es Spitfire, aunque su forma es translucida, como si no fuese sólida. Antes de que pueda articular palabra, lo sujeta de la mano y ambos desaparecen.

Los soldados alemanes reaccionan inmediatamente, acercándose al androide derrotado que permanece inconsciente. Rápidamente lo colocan en uno de los vehículos y se marchan.

Observando todo esto, una pequeña y bella Mujer.

- Aquí, Janet, voy a seguir al objetivo.

- De acuerdo, pero ten cuidado ¿de acuerdo?.

- No te preocupes, cariño, sabes que se cuidarme.

Cabalgando una hormiga voladora siguió al regimiento de soldados.

Spitfire/Zentraedi y la Antorcha aparecen en la Dédalo.

- ¿Cómo es posible?.


Jim Hammond observa a la mujer, no da crédito a sus ojos. Spitfire hace muchos años que murió, sin embargo, esta ahí, delante suyo. Advierte las dos personas que están junto a ellos. Reconoce a uno de ellos.

- ¡Namor! ¡ entonces los rumores eran ciertos, estas vivo!.

- Por supuesto, Jim ¿Qué es lo que te ocurre?.

- Quizás es un efecto secundario del viaje dimensional.- Comenta Phestos.

Al ver a Phestos, la Antorcha se pone en guardia, y se auto-inflama.

- ¿Qué hace aquí uno de su calaña?. Dice casi con desprecio.

- ¿Calaña? ¿te refieres a mi condición de eterno?

-¡ No hay tiempo para esto! Grita Namor. Nuestros amigos están en peligro ¿recuerdas?.

Durante un instante parece dudar, después apaga su llama.

- Tengo algo de amnesia, si me podéis refrescar la memoria...

Jacqueline le pone una mano en la frente y un destello de luz sale de ella.

En un instante el Androide comprende. Por fin comprende realmente lo que ocurre.

Mientras Jim revive en su mente todo lo ocurrido en Alastor, Phestos frunce el ceño al mirar a la Antorcha. Ahí algo que no le acaba de gustar en todo esto.

- Ahora lo recuerdo....

- ¡Bien! Ahora le enseñaremos a Dynamic Man lo que significa enfrentarse a los Invasores.¿Nos puedes ayudar a volver, Jackie?. Pregunta Namor.

A modo de respuesta, sus ojos emiten un intenso brillo.

- Cariño, tengo las coordenadas exactas del lugar. Comenta Lykena.

- Sentaos todos, en seguida estaremos allí.-Dice el eterno.

Delante de la nave aparece una distorsión, una especie de conducto de energía . La nave lo atraviesa a toda velocidad,

La nave recibe varias sacudidas y se dan cuenta de que están viajando a una velocidad increíble, es como caer en un río y dejarse arrastrar por la corriente.



Mientras tanto, Dynamic Man a liberado parcialmente a Aarkus solo para divertirse un rato.

El golpe de Dynamic Man lanzó al Ykraiano contra una de las columnas de metal liquido, que se agrieto debido al tremendo impacto.

Aarkus, aún dolorido, se acerco con rapidez al Androide, y intento afectar con su toque helado. Durante un instante parece funcionar, solo un instante... La vaina de hielo se funde, y de los sensores ópticos de Dynamic Man surgen dos haces de energía que lo golpean como dos látigos de fuego.

- ¡Maldito! ¡Lo vas a matar!.- Grita Union Jack.

- Esa es la idea, y después será vuestro turno, y el de la bola de barro a la que llamáis hogar.

Aarkus se retuerce bajo las descargas energéticas.

- Y ahora el golpe de gracia .- Dice mientras lo sujeta del cuello.

En ese instante el Androide suelta a el humanoide esmeralda y parece confundido.

- Arght! ¿Qué es lo que ocurre? .

El Capitán América y Unión Jack se dan cuenta de que, de algún modo, están libres de la influencia del Androide. El campo que los mantenía prisioneros e inmóviles desaparece, y caen al suelo.

- ¿Qué a pasado?

- No lo se, pero hay que aprovecharlo.- Comenta el Capitán mientras se pone en tensión para el inminente combate.

El androide esta como paralizado. Los sensores ópticos se le iluminan con odio.

Los cientos y cientos de arácnidos se revuelven entorno a ellos. Y comienzan a surgir portales de donde llegan más refuerzos.

Ondas de energía de un poder descomunal salen del nexo del infinito, destrozando todo a su paso. Todo el complejo se ve sacudido por un intenso temblor sísmico.

- Tu hora paso, Gyskaard, ya no podrás hacer más daño.

- ¡Jackie! Grita a la vez de sorpresa y de alegría el Capi.

Spitfire esta erguida y despierta. Aunque parece algo distinta, como si alguien hablara a través de ella.

Unas formas se materializan en el techo del complejo. Una nave de extraño diseño y en apariencia de alta tecnología, y las familiares figuras de Namor y de la Antorcha.

- Amigos, hemos vuelto, ¡y traemos ayuda!.- Dice Namor.

La Antorcha no dice nada. Parece algo desconcertado. Analiza la situación y al ver las hordas de insectoides decide descender en picado sobre ellos.

- Lykena, dispara ráfagas de energía electromagnética contra los alienígenas.

- A tus ordenes, cariño.

- Lo dejo todo en tus manos, voy a bajar.

Union esquiva la telaraña metalizada de un arácnido, y se sitúa al lado de Spitfire.

- Jacqueline ¿te encuentras bien?.

Parece distinta , su grácil y esbelta forma esta envuelta por un aura energética. Y de sus ojos se desprende una luz azulada.

- Si, nos encontramos bien

-¿Nos encontramos?

El Capitán esquiva el golpe de un Hamalki con un salto hacia atrás. Después golpea con su escudo en el centro mismo de la criatura, esta se parte en múltiples fragmentos. Momentos más tarde, el vengador de las barras y estrellas se ve sujeto por dos enormes tenazas que surgen de otro insectoide. Lo había atrapado del tal modo, que no podría usar su indestructible escudo para liberarse. Una boca con dientes afilados como navajas, se abrió para recibir al Capitán. Justo cuando parecía que todo estaba pedido, un haz de luz rompió en mil pedazos las tenazas que lo aprisionaban. Era Phestos, que armado con un arma, semejante a un martillo a dos manos, se había unido a la batalla.

- Encantado de rescatarte, noble Capitán.- Dice el eterno mientras apunta al Hamalki con su arma, de la que surge un rayo de fuerza que derriba a su enemigo.

- ¿Nos conocemos , amigo?

- Phestos, ingeniero de los eternos a tu servicio, Capitán.

Aarkus y Namor luchan espalda contra espalda contra una horda interminable de Hamalkis, que parece no terminar nunca. La Antorcha es casi sepultado por los cuerpos de los enemigos, literalmente desaparece debajo de los Hamalki. Hasta que los cuerpos cristalinos de los alienígenas comienzan a brillar hasta alcanzar el rojo intenso y sus cuerpos se funden debido al intenso calor. Si alguno de sus compañeros observase la rabia y la fiereza con la que combate el androide, se preguntaría muchas cosas.

Druida camina por el aire, pensando en como usar sus poderes para ayudar a sus compañeros cuando de improviso, se queda inmóvil, como una estatua, y los ojos se le ponen en blanco.

- Joey, necesito que me protejas, voy a estar indefensa.... Tras decir esto, sus ojos se centran y parece entrar en trance.


Union Jack se interpone entre ella y un varios alienígenas. Ignoraba que es lo que estaba ocurriendo, lo único que tenia claro es que la protegería con su vida si hacía falta.


Mente de Dynamic Man

Druida siente como si su mente, como si todo su ser saliera disparado de su envoltorio carnal. Viaja a una velocidad inmensa, apenas distinguía más que borrones de luz que pasaban a su lado. Hasta que de repente se paro. Estaba en un vacío absoluto, excepto por una extensión de tierra, que parece un extenso desierto, en su centro, un inmenso y gigantesco bloque de piedra de color negro. Camina lentamente y se detiene frente al bloque de piedra. Paso sus manos por la superficie, notando un pequeño escalofrío.

Sin saber muy bien como, pero de repente sabe que no esta solo. Fuese lo que fuese, aún no podía verla, pero la atmósfera se había cargado de sensaciones..., Una especie de palpitar... Una vibración lejana que aumenta rápidamente de potencia. Capto la fuerza y enormidad

- ¿Cómo te atreves a invadir mi reino? Aquí solo eres una hormiga que puedo aplastar con mi bota, insecto.

Ahora lo entendía todo. De algún modo, estaba en el interior de la psique de Dynamic Man. De la arena del suelo, surgen cientos de brazos mecánicos que lo sujetan, arrastrándolo, sus pies empiezan a hundirse en la arena, que se ha transformado en arenas movedizas.

- Devorare tu mente como he hecho siempre, con miles de seres....

Estaba hundido ya hasta la cintura, y los brazos tiraban de el con una fuerza sobrehumana. Sabia que si perecía en este lugar, su cuerpo también moriría. Le parece ver algo, una presencia distinta a la del androide. Es Spitfire, lazos de luz blanca y azul la envuelven con ternura por todo su cuerpo.

-¡¿Tu?! ¿Cómo es posible?.

Continua hundiéndose, sin poder hacer nada para evitarlo, ya esta hundido hasta el cuello. Cuando piensa que esta perdido, unas manos lo sujetan y lo salvan.

Sin dar crédito a lo que ve, observa que su salvador es el Héroe llamado al Halcón, a su lado el resto de sus compañeros. Los Héroes parecen más fuertes, más poderosos, de sus figuras emanan una increíble cantidad de energía psíquica.

Spitfire/Zentraedi se eleva en el vació, iluminándolo por completo con una luz intensa.

Todo tiembla, y se empieza a resquebrajar, Dynamic Man grita en su propia mente.

- ¿Qué es lo que has hecho? ¡ detente! ¡Estoy perdiendo el control de todo!

Un rostro de proporciones titánicas cubre por completo el vacío. La expresión es de inmensa agonía.


En el mundo físico prosigue el combate entre los Invasores y las tropas Hamalki. Aunque estos luchan sin descanso, poco a poco se van viendo superados por el inmenso número de los alienígenas. Cuando parece que van a ser derrotados por sus enemigos, estos se quedan totalmente paralizados.

El Capitán América y sus compañeros observan extrañados lo que ha ocurrido.


Druida y Spitfire/Zentraidi son meros espectadores en los acontecimientos que están ocurriendo en dentro de la mente de Dynamic Man.

Halcón, Thunderer, Viuda Negra I, Miss Fury, Blue blaze, Capitán Wonder, Merzah el místico han sujetado a la representación psíquica del androide. De algún modo, el ente que forman la entidad Zentraedi y Spitfire a liberado la energía mental de los antiguos Héroes, dándoles la oportunidad de vengarse del que ha sido su carcelero durante más de cincuenta años. Dynamic Man se retuerce y lucha cuando nota que su mismo ser, su mente es arrancada de su cuerpo. Druida nota como empieza a ser arrastrado de nuevo hacía el mundo físico. Antes de volver, consigue ver los rostros de los Héroes, que muestran su gratitud. Al fín son libres.

Union Jack observa como Jacqueline vuelve a la consciencia. A su vez, Druida desciende hacía el suelo.

- ¿Qué ha pasado aquí, Anthony?-pregunta el Capitán.

- La entidad que es el nexo del infinito y Spitfire han derrotado a Gyskaard.

- No, en realidad lo has derrotado tu...-Dice Spitfire/ Zentraedi

- ¿Cómo? Exclama Druida.

- Tu contienes un poder del que apenas eres consciente, humano. Gyskaard lo sabia, sabia que en ti había un gran poder, por eso te trajo aquí, pensó que seria todo un reto poder derrotarte. Pero ni el sabia el verdadero alcance de tu poder, ya que ni tu lo sabes.

A través de ti, accedí a una parte del poder que algún dia podrás usar conscientemente y con ello derrote al androide, pero el merito es tuyo.

Druida se adelanto y se puso delante suyo.

- ¿Sabes cual es mi destino? ¿Cómo he podido volver del mundo de los muertos?.

- No... Mi poder es limitado, mi tiempo se esta acabando....No puedo contestar a tus preguntas. Estas serán contestadas a su debido tiempo.

El pequeño espía de color negro parece moverse inquieto, nadie se percata de su presencia.

- ¿Jacqueline esta bien? -Pregunta Union Jack.

- Perfectamente, estamos muy bien. Necesitaba un vinculo con el mundo físico para poder actuar.

En ese momento los Hamalki vuelven a ponerse en movimiento. Los Invasores se pusieron en guardia. Sin embargo los aracnoides parecen comunicarse entre ellos, con unos leves tintineos.

Todos ellos llevan sus miradas hacía el cuerpo inerte e inmóvil de Dynamic Man. En un momento se abalanzan sobre el y empiezan a destrozarlo, un solo unos instantes el cuerpo del androide es un amasijo de cables y circuitos destrozados. La Cabeza del androide cae a los pies de la Antorcha. Este la sujeta con una mano y la mira, después enciende su llama y la destruye.

El Capitán se acerca a los Hamalki. No hay palabras, no hacen falta. Son libres, toda su raza es libre. Con una mirada, los Hamalki les dan las gracias y comienzan a retirarse a través de sus portales.

Un temblor sacude toda la estructura.

- Mi tiempo se termina....

Antes de que ninguno de ellos pueda reaccionar, notan como sus mentes son invadidas por la presencia de Zentraedi. En pocos segundos comprenden que es la entidad, toda su historia y la de Alastor. Comprenden que se les ha sido encomendada una tarea.

El antiguo mal, el antiguo enemigo que asolo el universo hace eones, esta cercano a volver. Y ellos deberán hacerle frente en el instante que vuelva.

Zentraedi les considera capacitados para esa tarea, más no tiene tiempo para nada más....

El suelo comienza a abrirse, las columnas, el techo, todo el complejo tiembla.

La entidad les abandona. Tras largo tiempo su energía transciende este plano de existencia, esta realidad, para reunirse con sus congéneres. Su ultimo pensamiento en esta realidad esta puesto en sus campeones...

- ¡Salgamos de aquí! - Grita Phestos

Sus cuerpos se tornan translucidos y empiezan a desmaterializarse. Alastor se derrumba ante sus ojos, antes de desaparecer del todo consiguen ver algo. Los Héroes de la edad dorada, los Héroes olvidados están juntos. Sonríen. Ahora son libres para descansar en paz.


El Doctor Newell se encuentra paseando por la playa de la Hidrobase cuando de repente, varias formas se materializan delante suyo. Ocho figuras y una especie de nave.

- ¡Hemos vuelto a la Tierra! ¡y a la Hidrobase II!.- Exclama Namor.

- ¡Namor! ¿Dónde te habías metido?.

- Es una historia muy larga, Walter.-Comenta el Capitán

Union Jack se acerca a Spitfire.

- Estoy bien, Joey.

La Antorcha mira la escena con curiosidad. Un mundo nuevo, posibilidades nuevas. Mientras encontraba la manera de volver a su mundo intentaría disfrutar de los placeres de este, pensaba con una sonrisa mientras miraba a Jacqueline.

- ¿Y ahora que?- Pregunta Union Jack mirando a sus compañeros.

- Sin duda ha sido un placer reunirnos de nuevo, amigos, y creo que debemos de seguir unidos. No solo por la tarea que nos ha sido encomendada, si no por que creo que es un buen momento para que los Invasores vuelvan a primera línea.-Comenta el Capitán

- Puedes contar conmigo, Capi.- Dice Spitfire

- Y conmigo, será divertido. Dice a su vez Union Jack

- ¿Por qué no?.- Dice la Antorcha pensando que será más fácil vigilarlos si es uno más del grupo.

El Capitán América se dirige a Druida. Aarkus y Phestos.

-¿Os uniréis a nosotros?

Druida piensa que tiene una oportunidad para redimirse tras sus pasados pecados. Y que es una oportunidad que no puede desaprovechar.

- Capitán, creedme si te digo que es todo un honor.

- ¿Phestos? He combatido junto a eternos como Starfox, Sersi o Gilgamesh, y un eterno siempre es bienvenido, y más uno de tu talento y pericia.

El eterno se acerca al vengador de las barras y estrellas.

- Capitán, el honor es mío, quizás es hora de que Phestos vuelva a caminar entre los hombres.

A Aarkus le pasan por la mente recuerdos de su mundo de eterna bruma. Quizás nunca volvería a verlo. Y si tenia que pasar su larga vida en este mundo ¿Qué mejor que con estos valientes mortales?.

- Sin duda me halaga que queráis contar con mi presencia. Acepto gustoso.

- Capi, os deseo la mejor de las suertes. La hidrobase es toda vuestra para lo que la necesitareis. Pero mucho me temo que no formare parte de los Invasores.

- ¡¿Qué?!

- Mi sitio actualmente esta con los Defensores, tras ser manipulados para dominar el mundo queremos redimirnos, para ello vamos a intentar hacer de este planeta un lugar mejor.

- Me sorprende tu decisión ,amigo mío, pero la respeto, esto no será lo mismo sin ti, recuerda que siempre tendrás un sitio con nosotros.

Los dos se abrazan como viejos amigos y compañeros de armas, deseándose mutuamente la mejor de las suertes.4

Unos ojos maliciosos y pequeños los espían. En silencio, el cuervo negro se eleva en el cielo, perdiéndose en el firmamento.



Epílogo

En una dimensión de pura energía psíquica, una consciencia llena de odio recorre distancias imposibles. Un mero punto luminoso que solo pensaba en la venganza, en las múltiples maneras distintas de matar a todos sus enemigos. Concentrado en sus pensamientos, la energía psíquica que una vez se llamo Gyskaard “ Dynamic Man” no presto atención a el lugar donde se encontraba. Una oscuridad que parecía engullirlo todo. De pronto, lo noto. Una fuerza terriblemente maligna que se acercaba, muy deprisa, y su intensidad iba en aumento.

Quiso huir...

Estaba tan cerca que podía percibía su forma, una inmensa masa de puro terror. Notaba como sus miembros se extendían hacia la fuerza vital más cercana, la fuente de energía capaz de alimentar su hambre insaciable...

Huyo gritando en silencio a través de la negrura infinita...

Continuará...


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Referencias:
1 .- Phestos apareció por primera vez en Eternals Vol. 2 nº1 USA
2 .- En Vengadores 91-92 del Vol. 1 de Forum.
3 .- Dédalo el inventor por antonomasia, destacó también como arquitecto y como escultor. Participa en varias leyendas, en las que siempre se pone de manifiesto su ingenio. Entre otros inventos creó el laberinto del Minotauro, el autómata de bronce de Talos, unas alas para volar... Un nombre perfecto para la Nave de Phestos, ya que Dédalo pudo ser perfectamente uno de sus nombres...
4 .- Para saber lo que pretenden los Defensores deberéis leer el Defensores#3. Y si queréis seguir las aventuras de Namor leed la excelente serie escrita por John Schneider

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